segunda-feira, 17 de outubro de 2016

La carta en que Bernardo O'Higgins reconoce la Independencia de la Nación Mapuche




Texto e imagen de El Mostrador, Chile.
Antes de educarse en Lima o Inglaterra, Bernardo O’Higgins Riquelme estudió en el Colegio de Naturales de Chillán, actual Colegio San Buenaventura. A este colegio, construido por los jesuitas en 1697, pero regido por los franciscanos desde 1786, asistían obligatoriamente los hijos de los caciques mapuche de la zona (Chillán, Los Ángeles, Concepción).
Los colegios naturales eran conventos y los niños permanecían internados. O’Higgins tuvo de compañeros de curso a los hijos de los lonkos, con quienes estudió, durmió, comió, jugó y aprendió la lengua mapuche y seguramente las historias de los héroes de sus amigos, como el joven cacique Lautaro.
Esta faceta poco conocida de la vida de O’Higgins habría sido determinante para que, siendo ya Director Supremo del Estado de Chile, enviara a los lonkos y caciques del sur la siguiente carta, fechada en marzo de 1819, que vale la pena revisar cuando este miércoles se conmemora un nuevo aniversario de su natalicio, registrado en Chillán el 20 de agosto de 1778:
"El Supremo Director del Estado a nuestros hermanos los habitantes de la frontera del Sud.
Chile acaba de arrojar de su territorio a sus enemigos después de nueve años de una guerra obstinada y sangrienta. Sus fuerzas marítimas y terrestres, sus recursos y el orden regular que sigue la causa americana en todo el continente, forman un magnífico cuadro, en que mira afianzada su Independencia.
Las valientes tribus de Arauco, y demás indígenas de la parte meridional, prodigaron su sangre por más de tres centurias defendiendo su libertad contra el mismo enemigo que hoy es nuestro. ¿Quién no creería que estos pueblos fuesen nuestros aliados en la lid a que nos obligó el enemigo común? Sin embargo, siendo idénticos nuestros derechos, disgustados por ciertos accidentes inevitables en guerra de revolución, se dejaron seducir de los jefes españoles. Esos guerreros, émulos de los antiguos espartanos en su entusiasmo por la independencia, combatieron encarnizadamente contra nuestras armas, unidos al ejército real, sin más fruto que el de retardar algo nuestras empresas y ver correr arroyos de sangre de los descendientes de Caupolicán, Tucapel, Colocolo, Galvarino, Lautaro y demás héroes, que con proezas brillantes inmortalizaron su fama.
¿Cuál habría sido el fruto de esta alianza en el caso de sojuzgar los españoles a Chile? Seguramente el de la pronta esclavitud de sus aliados. Los españoles jamás olvidaron el interés que tenían en extenderse hasta los confines del territorio austral. Sus preciosas producciones, su incomparable ferocidad, y su situación local, han excitado siempre su ambición y codicia. Con este objeto han mantenido continua guerra contra sus habitantes, suspendiéndola sólo cuando han visto que no hay fuerza capaz de sujetar a unos pueblos que han jurado ser libres a costa de todo sacrificio. Pero no han desistido de sus designios, pues en los tiempos que suspendieron las armas fomentaron la guerra intestina, para que destruyéndose mutuamente los naturales, les quedase franco el paso a sus proyectos. Entre tanto el comercio no era sino un criminal monopolio; la perfidia, el fraude, el robo y en fin todos los vicios daban impulso a sus relaciones políticas y comerciales.
Pueblos del Sud, decidme si en esto hay alguna exageración; y si por el contrario apenas os presento un lisonjero bosquejo de la conducta española, convendreis precisamente en que dominando España a Chile, se hubiera extendido sobres vuestros países como una plaga desoladora, concluyendo con imponeros su yugo de fierro que acaso jamás podríais sacudir.
En el discurso de la guerra pensé muchas veces hablaros sobre esto, y me detuve porque conocí que estabais muy prevenidos a cerrar los oídos a la voz de la verdad. 
Ahora que no hay un motivo de consideración hacia vosotros, ni menos a los españoles, creo me escucharéis persuadidos de que solo me mueve el objeto santo de vuestro bien particular y del común del hemisferio chileno.
Nosotros hemos jurado y comprado con nuestra sangre esa Independencia, que habéis sabido conservar al mismo precio. Siendo idéntica nuestra causa, no conocemos en la tierra otro enemigo de ella que el español. 
No hay ni puede haber una razón que nos haga enemigos, cuando sobre estos principios incontestables de mutua conveniencia política, descendemos todos de unos mismos Padres, habitamos bajo de un clima; y las producciones de nuestro territorio, nuestros hábitos y nuestras necesidades respectivas no invitan a vivir en la más inalterable buena armonía y fraternidad.
El sistema liberal nos obliga a corregir los antiguos abusos del Gobierno español, cuya conducta antipolítica diseminó entre vosotros la desconfianza. Todo motivo de queja desaparecerá si restablecemos los vínculos de la amistad y unión a que nos convida la naturaleza. Yo os ofrezco como Supremo magistrado del pueblo chileno que de acuerdo con vosotros se formarán los pactos de nuestra alianza, de modo que sean indisolubles nuestra amistad y relaciones sociales
Las base sólidas de la buen fe deben cimentarlas, y su exacta observancia producirá la felicidad y seguridad de todos nuestros pueblos. Se impondrá penas severas a los infractores, que se ejecutarán a vista de la parte ofendida, para que el ejemplo reprima a los díscolos.
Nuestras Escuelas estarán abiertas para los jóvenes vuestros que voluntariamente quieran venir a educarse en ellas, siendo de cuenta de nuestro Erario todo costo. De este modo se propagarán la civilización y luces que hacen a los hombres sociales, francos y virtuosos, conociendo el enlace que hay entre los derechos del individuo y los de la sociedad; y que para conservarlos en su territorio es preciso respetar los de los pueblos circunvecinos. De este conocimiento nacerá la confianza para que nuestros comerciantes entren a vuestro territorio sin temor de extorsión alguna, y que vosotros hagáis lo mismo en el nuestro, bajo la salvaguardia del derecho de gentes que observaremos religiosamente.
Me lleno de complacencia al considerar hago estas proposiciones a unos hombres que aman su independencia como el mejor don del Cielo; que poseen un talento capaz de discernir las benéficas intenciones del pueblo chileno; y que aceptándolas, desmentirán el errado concepto de los europeos sobre su trato y costumbres,
Araucanos, cunchos, huilliches y todas las tribus indígenas australes: ya no os habla un Presidente que siendo sólo un siervo del rey de España afectaba sobre vosotros una superioridad ilimitada; os habla el jefe de un pueblo libre y soberano, que reconoce vuestra independencia, y está a punto a ratificar este reconocimiento por un acto público y solemne, firmando al mismo tiempo la gran Carta de nuestra alianza para presentarla al mundo como el muro inexpugnable de la libertad de nuestros Estados. 
Contestadme por el conducto del Gobernador Intendente de Concepción a quien he encargado trate este interesante negocio, y me avise de nuestra disposición para dar principio a las negociaciones. Entre tanto aceptad la consideración y afecto sincero con que desea ser vuestro verdadero amigo.
Bernardo O’Higgins R.
SANTIAGO, Sábado 13 de Marzo de 1819".
 (Fuentes: Educar Chile y Mapuexpres)
 Javier Villanueva, Literatura


terça-feira, 4 de outubro de 2016

Los túneles de Chronos y las arrugas del tiempo en México



Los túneles de Chronos y las arrugas del tiempo en México

Un túnel en América Central, que parece que guarda los restos mortales de los gobernadores de la antigua ciudad mexicana de Teotihuacán, empieza a ser explorado, después de unos 1.800 años de haber sido clausurado por sus habitantes para proteger sus secretos en su interior.
El túnel se encuentra debajo del Templo de la Serpiente Emplumada — la edificación dedicada al Dios de las mujeres Quetzalcóatl—  y fue descubierto de modo casual en 2003 cuando una lluvia torrentosa abrió un hueco a pocos metros del templo, según cuentan los arqueólogos.
Durante las excavaciones aparecieron muros superpuestos de bloques y de miles de ornamentos muy chicos de concha, jade de Guatemala, serpentina, pizarra y obsidiana, que tal vez, hayan sido tirados por los teotihuacanos como ofrendas de despedida en el momento de clausurar definitivamente la entrada.

Pleno siglo XVI. Un mundo nuevo recién "descubierto": América.
Una nación potencia, flamante imperio colonialista nacido de la lucha sin tregua de casi ocho siglos entre los príncipes cristianos bárbaros recientemente catequizados—  y los ilustrados moros y bereberes, árabes del norte de África que habían osado mezclar sus genes en tierras celtíberas: España.
Altivo león, el trono de Isabel y fernando, los católicos, arrasan a los "invasores" árabes en 1492, unifican la vieja Iberia bajo la cruz y la espada, explulsan judíos y gitanos — adelantándose en casi cinco siglos a la gran fajina étnica de Hitler y el nazi-fascismo—  y se lanzan a ocupar América.
En la península, el catolicismo es la punta de lanza de la lucha feroz de los papistas del Vaticano para perpetuar la tela de araña del poder político, religioso y militar.
La cruel Inquisisión elimina físicamente a la minoría judaica y estúpidamente destierra a su porción más rica, la de los banqueros y financistas que pronto darán base y soporte, en los Países Bajos, a la nueva clase burguesa de comerciantes y artesanos. Clase que se sublevará, otros 300 años más tarde, para eliminar de raíz el feudalismo de Francia e iniciar la era gloriosa del capitalismo.
El Santo Oficio o Inquisición—  mata judíos, paganos y opositores en general. Y aprovecha para quemar como brujas a miles de mujeres, sembrando las semillas del futuro feminismo. Se preparan para enfrentar lo que será, enseguida, la bisagra histórica entre el feudalismo y la edad moderna, la Reforma, y su reacción papista, la Contra Reforma.
Guerra Santa contra los protestantes –Lutero, Calvino, Henry VII y otras muchas denominaciones evangélicas que arrancan de la Iglesia millares de fieles e imponen las nuevas reglas Morales de la burguesía y el capitalismo nacientes. Hijos espirituales de las iglesias pentecostales de los siglos XIX y XX, y nietos de los pioneiros protestantes, los neo-pentecostales de hoy reafirman la Doctrina de la Prosperidad y dan secuencia –aunque con viejos ropajes mediavales- al liberalismo de pensamiento francés, tan distinto y opuesto al conservadorismo ibérico.

Túneles en Tihuanaco
Del otro lado del mundo, o apenas en la otra orilla del Atlántico, una civilización de 600 años hacia 1492, se prepara para el declinio y la decadencia final. En 1521, arrogantes e incultos, los soldados ibéricos y sus caballos pisotean Tihuanaco,
Y mientras la Inquisición busca todavia com afán, aunque infructuosamente, el único ejemplar sobreviviente del libro Árbol Mirábilis, los Mexicas cierran con diez toneladas de rocas y piedras preciosas las puertas de su tesoro. 
— "Todavía no existe ninguna certeza de qué hallaremos ahí dentro, pero de lo que sí estamos seguros es de que el acceso al corredor fue cerrado con alrededor de 2.000 kilos de enormes esculturas y piedras pintadas para resguardar algo verdaderamente importante en su interior"—  escucho que dice el arqueólogo.
Con la clausura del túnel se supone que se destruyó una cancha de juego de pelota que se hallaba a un costado, de la cual quedan apenas unos pocos restos que los arqueólogos están tratando de rescatar.
Durante los trabajos en torno al túnel también se pensó en la hipótesis de que esa entrada va a permitir descubrir los vínculos entre este espacio y otros relacionados con el inframundo y con el simbolismo de los ritos de iniciación e investidura divina; se trata de ritos olvidados desde hace casi 500 años, cuando las tropas de Hernán Cortéz pisotearan la civilización Mexica y Azteca.
— "La carga simbólica de la zona de Teotihucan radica en que fue considerada como el eje en torno al cual gira el universo y por lo mismo la concepción de este espacio subterráneo puede ser sin temor a equivocarnos una escenificación del inframundo"—  insiste en el tema el arqueólogo.
El templo de la Serpiente Emplumada queda en la zona de "La Ciudadela" situada en la zona sur de Teotihucan, y fue bautizada con este nombre por los conquistadores españoles que creyeron que se trataba de un lugar con objetivos militar.
La palavra Teotihuacan viene de náhutl "lugar donde fueron hechos los dioses" o "ciudad de los dioses", nombre que le dieron los Mexicas a lo que fue el mayor centro urbano antiguo de América Central, que alcanzó su máximo apogeo durante el período clásico.
Hoy es una zona arqueológica ubicada en el valle del mismo nombre, que forma parte de la Cuenca de México y a unos 50 km de la capital mexicana. Allí están monumentos como "La calzada de los muertos","Los grandes basamentos", la "Pirámide del Sol", la "Pirámide de la Luna", "La Ciudadela", y el "Palacio de los Jaguares", entre otros.
Los indios hopi, del estado norteamericano de Arizona, que dicen proceder de un continente desaparecido en lo que hoy es el Océano Pacífico, recuerdan que sus antepasados fueron instruídos y ayudados por unos seres que se movían en unos grandes escudos voladores, y que les enseñaron la técnica de la construcción de túneles y de instalaciones subterráneas.
También sabemos que muchas leyendas y tradiciones indígenas del continente americano hablan de la existencia de túneles y redes de comunicación, e incluso de ciudades subterráneas.
Existe una literatura y suficientes investigadores que sostienen la hipótesis de que debajo de la superficie del planeta habitan seres inteligentes desconocidos por nosotros.
Pero si de Tenochtitlán nos trasladamos a la península del Yucatán, hallaremos en su extremo norte, oculta en la espesura de la selva, una ciudad descubierta en 1941 que se extiende sobre un área de 48 km², y que guarda en el silencio del olvido más de 400 edificios que en alguna época conocieron esplendor.
Fue hallada por un grupo de muchachos que, jugando cerca de una laguna en la que se bañaban, se toparon con un muro de piedras talladas, oculto por la vegetación.

Continuará

Javier Villanueva. Catamarca, agosto de 2011