terça-feira, 24 de outubro de 2017

Los Afrikaners en la Patagonia argentina




Los Afrikaners o Bóers en la Patagonia argentina


Un día helado, el 4 de junio de 1902, un grupo de hombres y mujeres desembarcaron en Comodoro Rivadavia, en plena Patagonia argentina, en busca de trabajo y de paz. 
En 1903, 1905 y 1907 llegaron al país contingentes todavía más numerosos que provenían en su gran mayoría del Transvaal y del Estado Libre de Orange, en África do Sul. 
Esos grupos de pioneros se distribuyeron en diversas ciudades de la provincia patagónica de Chubut. (JV)

Los Afrikáners en la Patagonia argentina

La inmigración sudafricana en Argentina, conocida como la Colonización Bóer en Argentina, fue el asentamiento de diversas familias provenientes de la República de Sudáfrica en el sur patagónico argentino. El proceso de colonización empezó el 4 de junio de 1902 y  las principales localidades donde se establecieron fueron: Comodoro Rivadavia, Manantiales Behr, Puerto Visser, Pampa Salamanca, Pampa del Castillo, Escalante, Cañadón Baumann, Pastos Blancos, Río Chico, Sarmiento, Bahía Bustamante, entre varias otras.
Los representantes de la comunidad de descendientes de sudafricanos boers – o Afrikáners- en Comodoro Rivadavia, cuentan que cuando sus antepasados llegaron a esa localidad no había más que 40 casas, y un poco más de cien habitantes. No había puerto, por lo que el barco tuvo que atracar mar adentro, desembarcando a los pasajeros en lanchones, "y hasta una vaca trajeron que les regalaron en Buenos Aires”, repiten con orgullo.
La Prefectura Naval y la Gendarmería les prestaron carpas a las familias boers para alojarse pero no había agua y la poca que había, se vendía. 
Esos 600 colonos bóers eran a su vez a su vez descendientes de los primeros colonos neerlandeses y franceses venidos de Holanda, y que se habían asentado en Sudáfrica desde finales del siglo XVII, a los que también se los conocía como afrikáners.
Provenían en su mayoría del Transvaal y el Estado Libre de Orange, que luego de una cruenta guerra de resistencia, de lucha guerrillera y popular, habían sido dominados por el Imperio Británico en la llamada Guerra Anglo-Bóer.
Para migrar hacia la Patagonia Argentina, la comunidad de colonos envió a dos representantes hacia Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, para gestionar su establecimiento, y fueron recibidos por Francisco Pietrobelli, quién los llevó a recorrer la región, de modo de poder pedir enseguida tierras al gobierno. 

Los 600 pioneros llegaron en barcos cargueros de bandera inglesa, con carros de bueyes propios, traidos de África, y las mulas y carpas que el gobierno argentino les facilitó. La entrega de tierras fue autorizada por el entonces presidente Julio A. Roca, el mismo general que comandó las tropas que desalojaron a las naciones Tehuelche, Mapuche y Pampas de sus territórios patagónicos en 1978. Su Ministro de Agricultura, Wenceslao Escalante, fue homenajeado con el nombre de la colonia y luego con el del departamento donde los boers se ubicaron inicialmente.

Motivos de la emigración de África y de la inmigración hacia la Patagonia

Gran parte de la migración de bóers  - o afrikaners- hacia la Patagonia argentina se debía a las atrocidades sufridas por esos pueblos, descendientes de holandeses, alemanes y franceses (hugonotes huídos de las guerras religiosas) en manos de las tropas británicas.
Muchos de los familiares de los colonos habían muerto en los combates, o morirían más tarde en los campos de concentración británicos, durante la Segunda Guerra Anglo-Bóer. 
Los diversos contingentes fueron llegando al sur argentino, vía Buenos Aires, en 1902, 1903, 1905 y 1907. En los años de 1910, casi la mitad de los colonos bóers terminaron volviendo a sus países o estado natales en África, debido a la creación de la Unión Sudafricana por parte de las autoridades coloniales inglesas.

Entre las muchas familias que llegaron en aquellos tiempos estaban los pioneiros Dickason, Baumann, Coulter, du Plessis, Visser, Verwey, Weber, Fillmore, Palmer, Behr, Van Wyk, Viljoen, Vorster, Myburg, Botha, Venter, Kruger, Norval, Louw, Henning, Kock, Coetzee, Viviers, Cook, Blackie, Grimbeck, de Bruyn, van Zyl, van Vuuren, por citar algunas. Y finalmente, en 1903, nació el primer "bóer-argentino", hijo del estanciero Coulter; en 1904 se realizó el primer casamento em suelo patagón.

La saga de una nacionalidad errante

Los bóers eran en sus orígenes una comunidad con raíces alemanas, francesas y holandesas que habitaban la costa africana al sur del continente. Por causa de los crecientes conclictos con las tribus nativas y del avance inglês, fueron extendiéndose hacia el sudeste africano.
Cuando les llegó la invitación argentina para poblar la Patagonia recientemente sacada del control de las tribos autóctonas, hacía poco más de un año que había nacido la ciudad de Comodoro Rivadavia, con una media docena de casas, un telégrafo, algunos pocos galpones y un almacén.
La soledad y la aridez del suelo patagónico no los asustó. El Gobierno les había destinado tierras, lo que según el decreto del 28 de abril de 1902 era para “para radicar a un grupo de colonos laboriosos”. Cada uno de los bóers inmigrantes recibió gratuitamente 625 has. con el compromiso de trabajarlas, hacerlas producir y lograr la carta de ciudadanía al cabo de 2 años.


Vea también, en lengua inglesa, el reportaje al último Bóer de la Patagonia:
https://mg.co.za/article/2011-02-04-the-last-boers-of-patagonia/
http://iluvsa.blogspot.com.br/2009/08/argentinian-boers-oldest-boer-diaspora.html

2ª parte
Bóers o afrikaners en la Patagonia.
La saga de una nacionalidad errante

El 6 de Junio de 1902 llegan los Afrikaners – o Bóers- a la naciente ciudad de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia argentina, y los recibe don Francisco Pietrobelli, el mismo que fundara antes la Colonia Sarmiento.

Las dificultades eran muchísimas, pero aquellos primeros colonos tenían una fortaleza física y espiritual enorme. Y a finales de 1903 vuelve el pioneiro Conrado Visser a su primitivo hogar sudafricano a buscar más compatriotas y esta vez ya son otras 30 familias, y casi un centenar de personas se embarcan con destino a la lejana Patagonia, instalándose al llegar en el Lago Munster, cerca de Sarmiento, proponiéndose volverse finos ganaderos al más corto plazo.

Y ya hacia finales de 1905 llegó al sur argentino la tercera ola de colonos bóers, nuevamente por la negociación e intermediación de Conrado Visser y de Martín Vinter. Esa vez fueron otros 300 colonos, que se instalaron a orillas del Río Chico, y en las colonias Sarmiento y Escalante.
De a poco los pioneiros bóers iban escribiendo sus páginas de trabajo y de tesón en la historia patagónica argentina. Aprendieron a luchar contra la adversidad en un clima diametralmente diferente al del sudafricano, tan severo y temperamental. Sufrían con los alimentos, que siempre les llegaban tarde desde Buenos Aires. Pero aunque los vientos castigaban con rigor sus moradas frágiles, en la lejana Patagonia disfrutaban de una libertad religiosa que les era difícil en el continente africano ante la intransigencia de los colonialisras ingleses; renacían los bóers en la Patagonia  al gozar del respeto de los ciudadanos sureños, de la confraternidad nacida en la lidia cotidoana del campesino. Al fin y al cabo, bóer en la lengua afrikaner no significa otra cosa sino labrador, trabajador de la tierra.

Cuando el agua escaseaba fue outro pioneiro afrikaner, Behr, el gran baqueano que descubrió una nueva fuente en la localidad hoy conocida como “Los Manantiales”.

Y en 1904, fue otra vez el baqueano descubridor del agua el que hiciera el primer registro de una niña bóer, María Inés Behr, primogénita del pionero Francisco Behr.
El primer sacerdote salesiano de la comunidade africaner fue Jorge Cristian Behr, otro pioneiro en el arte bóer de abrigarse en la religión – esta vez la católica- para escabullirle a los prejuicios y a la discriminación. Todos ellos, ante aquella inmensidad semidespoblada que fueron a encarar, soñaron y lograron producir un fabuloso trasplante de seres humanos.

La genética de los eternos migrantes

En 1700 se intensifica la expansión de la colonia holandesa iniciada un par de décadas antes, hacia el interior africano, y en un movimento continuo hasta ya bien entrado el siglo XIX, en que  se alcanzaron los límites actuales del território bóer en  Sudáfrica.
El gobernador Willem Adriaan Van der Stel, hijo de Simón, que fuera el fundador de la primera población interior llamada Stellenbosch, es destituído en 1707 de su cargo por los granjeros de la población, amenazados con la debacle económica causada por la monopolización del mercado. Los colonos empezaron a llamarse a si mismos "afrikaners" - o "bóers", como sinónimo-, un término que había usado despectivamente el gobernador Van der Stel para denominar a sus enemigos.
Hacia 1710 la colonia sudafricana había crecido mucho, y algunos integrantes de los grupos pioneiros querían buscar tierras mejores; para ello se lanzaron a explorar la región al este del Cabo africano, recorriendo las sendas abiertas por los cazadores y traficantes de ganado. Viajaban con sus familias en grandes carros tirados por bueyes, cubiertos con lonas, que les servían como hogares transhumantes durante el arreo de sus ganados.
Los blancos en su expansión hacia el este chocaron en 1770 por primera vez con los pueblos bantúes a orillas del río Great Fish, que se convirtió en frontera entre los colonos europeos y los nativos durante un largo período.

Hasta 1795 la organización central del gobierno local  permaneció en el poder de funcionarios de la Compañía  Holandesa de las Indias Orientales. Y fue hasta 1779 que los ganaderos ocuparon libremente más y más tierras en dirección al este y al norte, en un radio de 800 kilómetros de la Ciudad del Cabo, con granjas de hasta 3 mil hectáreas que arrendaban al gobierno.
La primera guerra (de las que hubo nueve en un mismo siglo) entre los ganaderos blancos y negros en la zona del Great Fish ocurrió entre 1779 y 1780, y fue seguida entre los años de 1795 y 1803    por la primera ocupación británica del Cabo.

El Tratado de Amiens, de 1803 a 1806, devuelve el Cabo a los holandeses, y es gobernado por la república de Batavia -nuevo nombre de Holanda bajo el dominio de Napoleón.
La segunda ocupación británica temporaria del Cabo se desarrolla entre 1806 y 1807, a la espera de un resultado victorioso de la guerra contra Napoleón.
 Al convertirse los Países Bajos en un estado satélite de Francia, en 1814 las tropas británicas atacaron la Colonia del Cabo que se incorporó definitivamente al Imperio Británico en ese mismo año. Las autoridades coloniales atrajeron a nuevos grupos de ciudadanos ingleses e intentaron "britanizar" a los afrikaners.
Además, por médio de un convenio, Holanda cedió en 1815 a los barcos de su Majestad británica el derecho de colonizar la costa africana, dejando a los bóers aun más a merced de las arbitrariedades de las autoridades inglesas.

En 1815 Shaka se convierte en el nuevo jefe de los nativos zulúes, y en 1834 salen las primeras expediciones del Cabo hacia el interior. La abolición de la esclavitud se decreta en 1836, y la Ley de Castigosdel Cabo de Buena Esperanza extiende el dominio británico a los voortrekkers. En esa misma época, el pueblo matabele es derrotado por los voortrekkers en la batalla de Vegkop.

Groot Trek - o La Gran Travesía

La Gran Marcha – o Travesía- de los granjeros bóers fue un movimiento voluntario de miles de hombres y mujeres (voortrekkers) que abandonaban sus hogares en sus carros de bueyes, y con un gran sacrificio personal, trataron de alejarse tanto como les fuera posible de la prepotência colonialista del gobierno británico del Cabo, bajo cuyo régimen los descendientes de holandeses y alemanes no tenían ningún futuro.
En 1841 el gobierno británico de El Cabo había rodeado y controlado al bloque de tribus bantú entre las montañas de Basutolandia - Lesotho- y el Océano Indico, hasta el río Umtamvuna, frontera sur de la que ansiaban ver como futura colonia británica de Natal.
En 1843 Natal es proclamada colonia britânica; y las dos repúblicas bóer, Transvaal y Orange, ambas poco pobladas y con economía pastoril, establecieron en 1850 un mecanismo básico de gobierno.
Después de 1850, a causa de la inmigración  británica, Natal quedó convertida en una colonia  mayoritariamente inglesa, con una mínima población blanca y otra, predominante, de nativos bantúes.
En 1852 Gran Bretaña reconoce la independencia deTransvaal, y dos años después se funda la república delEstado libre de Orange. Entre 1857 y 1859 ocurrieron los primeros avances, que enseguida se frustraron, hacia una federación entre las nuevas repúblicas.

La llegada de la primera mano de obra contratada de la India británica se produce en 1860, con destino a sus plantaciones azucareras. De los 152 mil hindúes que llegaron a Natal, la mitad prefiere permanecer en Sudáfrica y no volver más a la India.
En 1869 se descubren diamantes cerca de Kimberley, y cerca de 10 mil buscadores de piedras preciosas llegan en 1870 al río Vaal. Miles de trabajadores emigran de Kimberley.
Gran Bretaña se anexa en 1871 a Griqualand del Oeste, incluyendo las minas de diamantes de Kimberley.
A partir de 1875 cambió la política británica con la intención de federar Sudáfrica y todos los métodos diplomáticos fallaron.


Argentina, de 1875 a 1904

Para el gobierno argentino de las décadas de 1870 y 1880, la idea de "suprimir la frontera interior" significaba extender la soberanía del estado sobre el territorio hasta los límites políticos, someter a los nativos rebeldes, ocupar toda la región sur con población blanca, preferentemente inmigrantes recientes y colocarla al servicio de la producción, tal y como lo expresó el presidente Avellaneda a Adolfo Alsina, Ministro de Guerra y Marina, en respuesta a su proyecto de extender la frontera hacia el sur patagónico.

En consecuencia, en 1876 Argentina sanciona la Ley de Colonización o "Ley Avellaneda", que reglamentó la ocupación y la apropiación del suelo por casi 60 años. Esa nueva ley autorizaba varios sistemas de colonización. Fijaba el tamaño mínimo y máximo de las parcelas de tierras públicas a vender – de 25 a 400 hectáreas cada una- así como la extensión de las colonias - 40.000 hectáreas- y la cantidad de familias que en ellas se radicarían. Era también una ley que tenía en su horizonte la tan esperada  inmigración europea blanca.

El General Julio A. Roca es nombrado en 1877 Ministro de Guerra ante el fallecimiento de Alsina, y se completa el cerco final contra las naciones Tehuelche, Mapuche y Pampas em la Patagonia argentina, al mismo tempo que, en Sudáfrica, Gran Bretaña anexa el Transvaal.

Hacia 1880 el gobierno porteño en Argentina había conquistado 15.000 leguas y sometido a 14.000 nativos. Mientras tanto, y después de la derrota británica de 1881 en Majuba, Transvaal recupera parcialmente su independencia.

La saga bóer puede parecer pequeña si se compara a los números totales de la inmigración hacia Argentina en los siglos XIX y XX. Entre 1882 y 1889 ingresaron a la Argentina más de medio millón de inmigrantes, y es a ellos que se trata de incorporar con la ley del 10 de octubre de 1882, que divide el llamado gran “territorio nacional” en nueve gobernaciones, las del sur con asiento en General Acha (La Pampa), Chos Malal (Neuquén), Viedma - separada de la provincia de Buenos Aires- (Río Negro), Madryn (Chubut), Santa Cruz (Santa Cruz), Ushuaia (Tierra del Fuego). 

Javier Villanueva. Abril de 2017

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